Esto va a ser una crítica desde el cariño (¡¡los cojones!!), por los años que nos unen, por esas vivencias tan hermosas de cada Navidad entrando en la sucursal de turno y viendo, un año más, que, como no pidas, no te dan ese artilugio de cristal de autor que todavía no has acertado a encontrar el sitio en tu casa para ponerlo.
Por los intereses a mi favor, que se me saltan las lágrimas de emoción cada vez que hago la renta y recibo el resumen para incluirlo, y veo el capitalazo que ha producido mi saldo en todo un año de esfuerzo para no gastarlo.
Por esa simpatía contagiosa de ventanillero a ventanillero y, acto seguido, a cliente, que te dan ganas de decirles: “De los mil que vengo a ingresar, quédate tú con quinientos, a ver si te animas, hombre” y le pides perdón por haberle sacado de su hora feliz de relax.
Por esa facilidad de comprensión de sus servicios y productos, siempre y cuando lleves a tu asesor en el bolsillo y lo saques justo en el momento de leer la letra pequeña, es que la grande se entiende muy bien, pero no se ajusta a la realidad, es lo que tiene…
¡Ah! Se me olvidaba. También por la amabilidad sin mesura del director, que cree que le llevas 50 millones de Euros para que los gestione “esa” su caja (o “ese” su banco) y cuando se da cuenta de que no, te pide disculpas porque le ha surgido un imprevisto (probablemente se le habría atascado el vaso del café en la máquina) y no te puede atender, pero que hagas cola para la mesa de “ese” (señala con el dedo amarillo de nicotina) señor del bigote, que se llama Juanjosé Izquierdo, y te atenderá como te mereces (esto último me llena de interrogantes, ¿qué habrá querido decir? ¿eso es bueno o malo?), además de que él, personalmente, velará por tu asunto en cuanto sus obligaciones se lo permitan, o sea, nunca.
Pues bien, amigos, mi mosqueo y consiguiente ataque de huevos con hipo, viene originado por una situación autobiográfica en un determinado momento de mi vida, es decir, hace tan sólo unos días.
Como ya he dicho en alguna ocasión, mi chica (en adelante, Rosa) ha tenido la brillante idea de reorganizar nuestro nido. Lo de reorganizar es en todo el sentido de la palabra. Cambio de sofás que estos ya están viejos (tienen sólo 5 años, pero para Rosa cuando algo pasa de moda según las revistas de decoración, es que ya está viejo), poner una mesita auxiliar de apoyo entre los sofás por si ponemos teléfono fijo algún día (no sé pa qué, si tenemos un móvil cada uno), sacar a mi perro del cuarto de los niños (que no tenemos, pero se montó en su día por si acaso) y acomodarlo en un bonito adosado de madera en la terraza, convirtiendo el cuarto en un coqueto centro de planchado de diseño, que, más que a planchar, invita a enchufarte un porro y ponerte música chill out. También quiere convertir el ex-cuarto de la plancha-trastero-zapatero en uno de invitados (está de moda) que, a su vez, hará el papel de despacho internetero (pues la cama se camufla y parece que no hay nada) y zona de archivo, que para poner las facturas de la luz, el agua y poco más, hay que tener zona de archivo ¿eh?... alfanumérico para no equivocarse al buscar ¿eh? y con pestañitas de clasificación de colorines ¿eh? ¿eh? ¿eh?...
Todo esto supone un gasto que nuestros bolsillos no pueden soportar de golpe, así que decidimos buscar un mini-crédito. Habían de muchos tipos: en sólo unas horas, en sólo un día, el dinero que necesitas es tuyo, nosotros tenemos el crédito a tu medida, el dinero directo (usureros modernos), estamos para servirte… la madre que los pariooóó…
¡Ah! Se me olvidaba. También por la amabilidad sin mesura del director, que cree que le llevas 50 millones de Euros para que los gestione “esa” su caja (o “ese” su banco) y cuando se da cuenta de que no, te pide disculpas porque le ha surgido un imprevisto (probablemente se le habría atascado el vaso del café en la máquina) y no te puede atender, pero que hagas cola para la mesa de “ese” (señala con el dedo amarillo de nicotina) señor del bigote, que se llama Juanjosé Izquierdo, y te atenderá como te mereces (esto último me llena de interrogantes, ¿qué habrá querido decir? ¿eso es bueno o malo?), además de que él, personalmente, velará por tu asunto en cuanto sus obligaciones se lo permitan, o sea, nunca.
Pues bien, amigos, mi mosqueo y consiguiente ataque de huevos con hipo, viene originado por una situación autobiográfica en un determinado momento de mi vida, es decir, hace tan sólo unos días.
Como ya he dicho en alguna ocasión, mi chica (en adelante, Rosa) ha tenido la brillante idea de reorganizar nuestro nido. Lo de reorganizar es en todo el sentido de la palabra. Cambio de sofás que estos ya están viejos (tienen sólo 5 años, pero para Rosa cuando algo pasa de moda según las revistas de decoración, es que ya está viejo), poner una mesita auxiliar de apoyo entre los sofás por si ponemos teléfono fijo algún día (no sé pa qué, si tenemos un móvil cada uno), sacar a mi perro del cuarto de los niños (que no tenemos, pero se montó en su día por si acaso) y acomodarlo en un bonito adosado de madera en la terraza, convirtiendo el cuarto en un coqueto centro de planchado de diseño, que, más que a planchar, invita a enchufarte un porro y ponerte música chill out. También quiere convertir el ex-cuarto de la plancha-trastero-zapatero en uno de invitados (está de moda) que, a su vez, hará el papel de despacho internetero (pues la cama se camufla y parece que no hay nada) y zona de archivo, que para poner las facturas de la luz, el agua y poco más, hay que tener zona de archivo ¿eh?... alfanumérico para no equivocarse al buscar ¿eh? y con pestañitas de clasificación de colorines ¿eh? ¿eh? ¿eh?...
Todo esto supone un gasto que nuestros bolsillos no pueden soportar de golpe, así que decidimos buscar un mini-crédito. Habían de muchos tipos: en sólo unas horas, en sólo un día, el dinero que necesitas es tuyo, nosotros tenemos el crédito a tu medida, el dinero directo (usureros modernos), estamos para servirte… la madre que los pariooóó…
Todos con intereses, por supuesto, todos menos uno: EL ANTICIPO DE NÓMINA… ¡¡¡Charaaaaaannnn!!! Esto es que te adelantan equis euros sin cargo de intereses y sólo a cambio de una pequeña comisión de apertura (que se ve que pa ellos es poco). Tienes la nómina domiciliada con ellos desde el Pleistoceno, ven que llevas un “puñao” de años en la empresa, que tienes una nómina que no está mal, pero aún así, inexplicablemente, te van diciendo que pases mañana que lo tiene que ver el director, después que al otro pues lo tienen que enviar a zona, después que pasarán unos días y que no te pueden asegurar nada… Ya te vas poniendo serio y te dicen que casi seguro que sí, pero que la burocracia ralentiza sus movimientos y dependen de vistos buenos por parte de otros niveles…¡¡¿..?!!...
¡¡NI QUE LES HUBIERA PEDIDO DOS MIL MILLONES DE DÓLARES A FONDO PERDIDO, COJONES (con perdón)!!, que sólo quiero tres mil cochinos Euros, que son míos de mi nómina, y que me faltan, en estos momentos, ahora mismo, ya, para pagar los caprichos de la Rosa, que os los voy a devolver en seis meses, coño, y no me los dais gratis… Y estáis mareando parriba y pabajo, que cuando me los vayáis a dar, ya no los necesito…………. Y eso ha pasado….., que ya no los necesito, no…
Ellos esperaban que yo cambiara de opinión y les contratara un crédito a nosecuántos meses (cuantos más mejor) con un interés que te cagas, para tenerme pillao pagando, que no me lo dijeron así de claro pero lo insinuaban muy bien: “Y ¿no os interesaría un crédito personal? Esto lo aprobamos nosotros directamente y os salen una cuotas muy cómodas…”, “No, gracias, ejem, estooo…, si lo que queremos lo tenemos claro (¡¡buitres, que sois unos buitres leonados!!)”… son muy sutiles ellos para liarte, es lo que pasa, pero a mí no me liaron.
Y... ¿alguien ha leído la letra pequeña de alguna de esas suculentas cuentas remuneradas que anuncian algunos bancos azul celeste que empiezan por B y que han abierto sucursal hace poco en la calle Mayor?… Yo sí…, y me arrepiento cada día. Desde ese mismo instante soy adicto a la “letra pequeña”: la de Telefórnica, de Ibertrola, de las cartas de Sumaysigueyvengamás, de Central Mechera Campurriana, prospectos varios (Selocatín, Fernadós, etc.)...
No veáis lo que se me está jodiendo la vista con esto. Estoy pensando en ir a la óptica a encargarme un par de gafas con aumento de culo vaso. Eso sí, dice mi Rosa que de marca, que se llevan.
Salud.
Ellos esperaban que yo cambiara de opinión y les contratara un crédito a nosecuántos meses (cuantos más mejor) con un interés que te cagas, para tenerme pillao pagando, que no me lo dijeron así de claro pero lo insinuaban muy bien: “Y ¿no os interesaría un crédito personal? Esto lo aprobamos nosotros directamente y os salen una cuotas muy cómodas…”, “No, gracias, ejem, estooo…, si lo que queremos lo tenemos claro (¡¡buitres, que sois unos buitres leonados!!)”… son muy sutiles ellos para liarte, es lo que pasa, pero a mí no me liaron.
Y... ¿alguien ha leído la letra pequeña de alguna de esas suculentas cuentas remuneradas que anuncian algunos bancos azul celeste que empiezan por B y que han abierto sucursal hace poco en la calle Mayor?… Yo sí…, y me arrepiento cada día. Desde ese mismo instante soy adicto a la “letra pequeña”: la de Telefórnica, de Ibertrola, de las cartas de Sumaysigueyvengamás, de Central Mechera Campurriana, prospectos varios (Selocatín, Fernadós, etc.)...
No veáis lo que se me está jodiendo la vista con esto. Estoy pensando en ir a la óptica a encargarme un par de gafas con aumento de culo vaso. Eso sí, dice mi Rosa que de marca, que se llevan.
Salud.
2 comentarios:
Buenísimo, real como la vida misma oyes.
Muy bien escrito, Balsica, leshes, tú al igual que el monstruito me estais dejando con el culo al aire, tendré que esforzarme mas, habeis subido el nivel!!!
Besotes.
Querida eden, muchas gracias por tu cumplido, pero, yo al menos, tengo truco... He leido primero blogs tan buenos y tan bien expresados como el tuyo, que a mi personalmente, me encanta.
Es un placer encontrarte por aquí.
Salud.
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